La protección de la próxima gran idea

¿Qué tan intelectual es su propiedad? «Dos tipos entran en un despacho de abogados… » Uno de los escenarios más frecuentes en estos días involucra alguna versión de lo siguiente: Alguien llega con una gran idea para un nuevo negocio, lleno de emoción sobre cómo van a reemplazar a Facebook, o eliminar la necesidad de zapatos, etc. Te haces una idea.

Algunas de las ideas suenan muy bien… otras, bueno, digamos que necesitan un poco más de tiempo en la mesa de dibujo proverbial. Sin embargo, no importa cuán variadas sean las ideas, una cosa es cierta acerca de todas ellas: no pueden ser protegidas (no en su forma de «sólo ideas»).

Esta es una de las lecciones más importantes que todos los empresarios necesitan aprender (y aprenderla a veces puede ser muy costoso).

No se pueden registrar los derechos de autor de una idea — sólo la expresión original de esa idea.

No se puede patentar una idea — sólo la invención que encarna esa idea.

No se puede registrar una idea como marca registrada, sólo los nombres de las empresas y los productos y servicios que la encarnan.

Entonces, ¿qué haces cuando tienes la SIGUIENTE GRAN IDEA pero aún no la has desarrollado? Necesitas inversores, tal vez fabricantes, distribuidores, etc., todos los cuales van a necesitar saber cuál es tu idea. Ahí es donde la confidencialidad y los acuerdos de no divulgación entran en juego. La mayoría de los empresarios han oído hablar de los acuerdos de no divulgación, pero muchos no los utilizan tan pronto en el proceso como deberían.

¿Cuándo se debe usar un acuerdos de no divulgación? En el momento en que empiece a hablar seriamente con sus futuros socios comerciales. Así es, muchas veces el contrato más importante que firmará es el primero con su socio comercial. Además de la confidencialidad, ese primer contrato debe identificar las ideas, conceptos, tratamientos, diseños, etc. que ya han sido creados por usted y su socio comercial e incluir un lenguaje que asigne la titularidad de esta propiedad intelectual a su nueva empresa.

En realidad, esto es sólo el comienzo del proceso empresarial, por supuesto, y no pretende abarcar todo lo que debería estar en su primer contrato. Debe ponerse cuanto antes en manos de un despacho de abogados como Vega y Moreno ya que el mejor momento para que usted y su socio de negocios se pongan de acuerdo en las cosas importantes es antes de que alguien haya hecho dinero.